Las reglas son claras... hasta que están rotas. Lauren Layne pone un New Adult de vuelta a Pigmalion, también con la inspiración de Pretty Woman, y le da a la clásica historia de amor un giro más innovador todavía.
“¿Quién sabía que fingir que no estás enamorando de alguien sería mucho más difícil de fingir que lo estas?”
Stephanie Kendrick renunció todo su verano por el as de la escuela de cine de NYU de guionista por supuesto, por lo que ella está enojada por estar pegada con un chico de fraternidad con buen gusto y malcriado como su compañero de escritura. Por otra parte, con sus piercings, sus ojos pintados de negro y su ropa gótica, Stephanie tampoco no es exactamente el tipo de Ethan Price. Probablemente le tiene echado el ojo a una rubia de piernas largas con un fondo fiduciario ... ¿verdad?
A medida que la escena de verano se inicia en los Hamptons, Ethan está desesperado por hacer que su madre snob olvide a la chica con pedigrí que le rompió su corazón. Mientras que Stephanie es una exageración como un señuelo, el correcto cambio de imagen y un cardigan de color pastel podría hacer el truco. Ella no puede amar la idea de jugar a la novia Barbie sin cerebro de Ethan, pero el alquiler gratuito y las excavaciones lujosas le hace una oferta tentadora. Lo mismo sucede con la promesa de la idea ya hecha de un guión inspirado en su farsa.
Pero cuando Stephanie suba al mundo privilegiado de Ethan, el “actuar” comienza a sentirse demasiado real. Los besos y los toqueteos con los que pretenden engañar a la multitud Hamptons terminan manipulándolos a “ellos”. Y Stephanie se enfrenta a una cuestión a la que le tiene demasiado miedo de preguntar: ¿Ethan se está enamorando por su yo real o por la princesa glamurosa que quiere ver?
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